La orden del Turco Mohamed que humilló a Sergio Ramos

Sin duda alguna, más sabe el Diablo por viejo que por Diablo y lo demostró su técnico. Esta fue la orden del Turco Mohamed que humilló a Sergio Ramos en la goleada de Toluca sobre Rayados de Monterrey en el torneo Apertura 2025 dentro de la Liga MX.

En la Jornada 10 del Apertura 2025 de la Liga MX, el partido entre Toluca y Rayados de Monterrey iba mucho más allá de tres puntos. Era un duelo de alto voltaje que, con un marcador 0-1 a favor de la visita, tomó un giro dramático con un penal que pudo haber definido el rumbo del encuentro. Sin embargo, en el caos del momento, una orden desde la banca cambió el destino del partido y humilló a uno de los futbolistas más legendarios de la última década.

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El inesperado cobrador

El balón estaba en el manchón penal, pero para la sorpresa de propios y extraños, no lo tomó Berterame, ni Canales, ni siquiera Jesús ‘Tecatito’ Corona, todos ellos designados para estas jugadas. Con una seguridad que parecía rozar la soberbia, fue el defensor español Sergio Ramos quien se adueñó de la pelota. El gesto de Ramos, un jugador con una extensa carrera llena de títulos, fue un acto de audacia que el Turco Mohamed no pasó por alto.

La jugada maestra del “Turco”

Según reportó el Diario Récord, desde la banca de los Diablos Rojos, Antonio Turco Mohamed procesó la escena en un instante. Conocido por su picardía y su capacidad para leer los partidos, el estratega mexicano no dudó. De inmediato, llamó al “Canelo” Angulo y le dio una instrucción precisa, casi una profecía: “Dile a Hugo González que se lo va a picar”.

Mientras el Estadio Nemesio Diez se preparaba para el cobro, Angulo se acercó a su portero. Le comunicó las palabras del Turco en un susurro rápido y directo. Y en ese instante, el plan estaba en marcha.

Una humillación con consecuencias

Sergio Ramos tomó su carrera y, en un intento de vaselina sutil y elegante, intentó engañar al portero de Toluca. Pero Hugo González, fiel a la predicción de su entrenador, no se movió. El balón llegó manso a sus manos. No fue una atajada espectacular, sino la confirmación de una lectura de juego que solo un estratega como Mohamed podía tener.

La banca de Toluca explotó en euforia. El festejo de Mohamed fue más efusivo que el de su propio portero. Apretó los puños y lanzó una señal de complicidad a su guardameta, celebrando una victoria estratégica. La irresponsabilidad de Ramos fue respondida de inmediato en la cancha, con un ataque letal de los Diablos que culminó en un apabullante marcador de 6-2 y el desmoronamiento total del Monterrey.

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