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El saque de banda en el fútbol: ¿cómo se convirtió en un verdadero recurso ofensivo?

El saque de banda en el fútbol: ¿cómo se convirtió en un verdadero recurso ofensivo?

Los equipos modernos buscan sacar provecho de cada fase del juego, incluso de las acciones que antes se consideraban menores.

Escrito por:Futbol Total

Históricamente, el saque de banda en el fútbol era poco más que una formalidad para reanudar el juego cuando el balón salía del terreno. Mientras los tiros de esquina y los tiros libres se consideraban oportunidades claras de gol —con entrenamientos específicos y jugadas ensayadas—, los saques de banda se veían como acciones de bajo impacto.

Sin embargo, en las últimas temporadas esta percepción ha cambiado de forma notable. Los saques de banda se han transformado en armas ofensivas reales, al punto de que varios clubes importantes han contratado especialistas en saques de banda. Los aficionados también han empezado a prestar más atención a estas jugadas, y las casas de apuestas ofrecen ya mercados como el total de saques de banda o el minuto del primero, disponibles en operadores con licencia analizados en Legalbet.

El aumento en la relevancia de los saques de banda no es casual: hoy en día, los equipos los utilizan con mayor frecuencia como inicio de jugadas que terminan en gol.

Las estadísticas lo confirman: durante la temporada 2024/25 de la Premier League, los saques de banda participaron directamente en 20 goles, una cifra muy superior al promedio de seis por temporada en años anteriores.

Este cambio refleja una evolución táctica: los equipos modernos buscan sacar provecho de cada fase del juego, incluso de las acciones que antes se consideraban menores, y convertirlas en fuentes reales de ventaja y productividad ofensiva.

Los pioneros del saque de banda largo

Para generar una ocasión de gol a partir de un saque de banda, el futbolista – generalmente un lateral o un extremo – debe ser capaz de lanzar el balón desde la banda hasta el área. Si bien los saques largos han existido desde los inicios del fútbol, su renacimiento táctico puede rastrearse a un momento concreto: la Eurocopa 2016. La sorprendente actuación de Islandia, que llegó hasta los cuartos de final y eliminó a Inglaterra en el proceso, consolidó el saque de banda como una estrategia ofensiva coordinada, y no solo como un recurso desesperado para colgar el balón. Los islandeses ejecutaban los saques de banda con una metodología muy clara, aplicando rutinas ensayadas que convertían esa reanudación del juego en una jugada de peligro. Los jugadores de banda enviaban el balón directamente al área, mientras mediocampistas y delanteros peleaban la segunda jugada. Ese éxito llamó la atención de entrenadores de todo el mundo, quienes empezaron a ver el saque de banda como una jugada a balón parado infravalorada.

Sin embargo, Islandia no fue la verdadera pionera de esta táctica. Casi una década antes, el Stoke City ya había demostrado el potencial ofensivo de los saques de banda gracias a Rory Delap, cuyos lanzamientos se volvieron legendarios. Delap podía poner el balón dentro del área con la misma potencia y precisión que un tiro de esquina, lo que generó 25 goles en cuatro temporadas. En aquel momento, aquello se consideraba algo excepcional, fruto de una habilidad individual más que de un sistema entrenable. Lo que Stoke explotó con el talento único de Delap se convirtió en una táctica válida y replicable únicamente cuando Islandia la llevó con éxito a la escena más alta del fútbol europeo.

Los especialistas modernos

Hoy en día, clubes de todo el mundo están prestando mucha más atención a los saques de banda con intención ofensiva. Sin embargo, es en la Premier League donde esta tendencia se ha vuelto más evidente. El Crystal Palace se ha consolidado como uno de los equipos que mejor ejecutan esta táctica, hasta el punto de ser considerado el conjunto más avanzado de la liga en el uso del saque de banda largo. De hecho, los Eagles encabezaron la Premier League en goles generados a partir de saques de banda.

Al mismo tiempo, clubes de mayor perfil como Newcastle United, Everton y Liverpool también han logrado marcar goles de esta manera, señal de que esta evolución táctica ya no es cosa de unos cuantos equipos pioneros. Hoy, el saque de banda trabajado como arma ofensiva se ha convertido en una práctica común en toda la división.

El hombre detrás de la revolución

En el centro de esta transformación se encuentra Thomas Gronnemark. El exatleta danés posee el Récord Guinness al saque de banda más largo y es, además, el entrenador de saques de banda más reconocido del mundo, una figura que ha profesionalizado un aspecto del juego que durante décadas fue ignorado en los entrenamientos. La filosofía de Gronnemark es directa: los saques de banda deben ser largos, rápidos e inteligentes. Su trabajo con Liverpool, Brentford y el FC Midtjylland ha generado resultados medibles, mejorando de forma notable la capacidad de estos equipos tanto para conservar la posesión después del saque como para crear jugadas de gol.

Bajo su guía, el Liverpool mejoró de manera significativa sus estadísticas de posesión tras saque de banda, especialmente cuando el equipo estaba bajo presión defensiva, un indicador que tiene una correlación directa con la probabilidad de ganar partidos.

Sus métodos no se limitan a lanzar más lejos: incluyen posicionamiento, patrones de movimiento y toma de decisiones, elementos que convierten una reanudación rutinaria en una ventaja de posesión o una ocasión ofensiva.

Una nueva mirada al saque de banda

La transformación del saque de banda en un recurso capaz de generar goles refleja varias tendencias del fútbol moderno. En primer lugar, la idea de que cada posesión cuenta y puede convertirse en una ventaja. En segundo lugar, la disposición de los equipos a cuestionar los conceptos tradicionales del deporte. Y, en tercer lugar, el reconocimiento de que los entrenadores especializados pueden encontrar ventajas competitivas en aspectos del juego que antes pasaban desapercibidos.

El saque de banda dejó de ser una simple formalidad. Los equipos más inteligentes ya lo utilizan como arma táctica, y es cuestión de tiempo para que el resto siga el mismo camino.

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