Los nuevos miembros del Salón de la Fama del futbol

El Salón de la Fama tiene nuevos miembros. La generación de la octava investidura aumentó a 12 figuras-las cinco anteriores fueron de 11- ya que la categoría femenil tiene dos lugares, uno para el ámbito nacional y otro para el internacional.

Nacionales

Héctor Miguel Zelada

Aunque ganó el Mundial de 1986 como tercer portero de Argentina, su recuerdo más grato es el penal que le paró a Eduardo Cisneros en la final de la temporada 1983-84 que el América le ganó al Guadalajara. “Si nos hacían el gol difícilmente hubiéramos remontado, teníamos un jugador menos”.

Además de buen atajador, lucía por sus salidas para bajar balones aéreos y por sus elegantes atuendos. En México ganó cuatro Citlallis (tres como portero y uno como mejor jugador). La afición lo eligió como el mejor portero en los 100 años del América.

Miguel Mejía Barón

en abril de 2018 rechazó su investidura porque la “estaría usurpando”. No obstante, como director técnico el Doctor encabezó a una de las selecciones mexicanas más brillantes de la historia, aquella que en 1993 fascinó en la primera participación en Copa América al llegar hasta la final y recuperó el título de la Concacaf negado desde 1977. Además la hizo volver a un Mundial, al de 1994, en el que terminó como líder en un grupo con tres rivales europeos: Noruega, Irlanda e Italia. Fue defensa de los Pumas, y como entrenador los coronó en la campaña 1990-91.

Fernando Bustos

Se mandaba hacer zapatos especiales, uno más amplio que el otro porque tenía un dedo más grande. Fue un extremo derecho que constantemente culminaba jugadas. Sin ser muy estético en sus movimientos, era habilidoso y pícaro; remataba bien de pierna derecha, de primera intención y tenía buen remate de cabeza.

El primer ídolo de Cruz Azul y cuarto máximo goleador (92) llegó al club desde que estaba en Segunda División. Logró el ascenso en 1964 para conquistar seis ligas, una Copa, dos Campeón de Campeones y tres títulos de Concacaf. Falleció en un accidente de auto en 1979 a los 35 años.

Internacionales

Cafú (Marcos Evangelista de Moraes)

Por su vaivén por la lateral derecha para defender o atacar, en Italia le decían Il Pendolino (el péndulo). Con clubes ayudó al Sao Paulo a ganar –entre otros títulos– dos Copas Libertadores. Con el Milán, en 2007, se adjudicó la Champions, la Supercopa europea y el Mundial de Clubes.

Con Brasil, este “tren de alta velocidad” –como se autodescribía– continuó la tradición de Djalma Santos y Carlos Alberto, y se convirtió en referencia para Dani Alves, su sucesor. El capitán de la eterna sonrisa tiene el récord de más partidos con la Canarinha (142) y llegó a tres finales mundialistas seguidas (1994, 1998 y 2002), fue campeón en la primera y la segunda.

Carlos Salvador Bilardo

Como seleccionador clasificó agónicamente a la Argentina al Mundial de 1986 con un juego especulador que le provocó duros cuestionamientos y una comparación con César Luis Menotti, técnico de la Albiceleste que conquistó la Copa del Mundo en 1978. “No termino de entender su extraña forma de jugar”, juzgaba el Flaco.

El Narigón, esquivando la presión, gestionó a la selección para que jugara en torno a Diego Maradona. “Me tiro a la pileta por Diego, un tocado con la varita mágica, un monstruo que sale sólo cada 20 años”, apuntó el técnico que al ganar la Copa en México recibió las disculpas de la hinchada.

En los años 60 fue centrocampista del histórico Estudiantes que ganó tres Copas Libertadores con su maestro Osvaldo Zubeldía.

Roberto Baggio

Il Divino era un delantero europeo con movimientos y manejo de pelota propios de crack sudamericano: la pisaba y escondía, hacía rehiletes, rabonas, sombreritos, regates, semielásticas y colas de vaca. Luego se escabullía entre los rivales haciendo uno que otro túnel para anotar o asistir.  “Un poeta en extinción”, según el diario El País.

La cantidad de títulos que ganó (destaca la Copa UEFA de 1993 con la Juve) no es proporcional a su calidad técnica. Aunque se le fue la oportunidad de ganar la Copa del Mundo de 1994 para Italia al fallar un penal en la final, tuvo el reconocimiento al ganar el Balón de Oro y el FIFA World Player de 1993, además del Balón de Plata al año siguiente. Con 27 goles comparte con Alessandro del Piero el cuarto lugar como máximo anotador de la Squadra Azzurra.

Roberto Rivellino

Ronaldinho ha lucido mucho tiempo con un truco inventado por Rivellino: la elástica, finta que consiste en dirigir la pelota hacía un lado y con el mismo pie cambiarla de dirección en un brevísimo instante. Pero no sólo por eso se recuerda a Roberto a quien por su poderoso disparo apodaron Patada atómica.

Su momento cumbre fue en 1970 cuando ganó la Copa Jules Rimet como uno de los cinco dieces de Brasil (con Gerson, Pelé, Tostao y Jarzinho). Rivellino, quien era 10 del Corinthians, se adaptó como extremo derecho, colocado por el técnico Mario Lobo Zagallo. En ese Mundial hizo el primer gol del Scratch do Ouro ante Checoslovaquia. “Ese juego fue clave para entender nuestro potencial para ser campeones”, recuerda.

Decanos Nacionales

Arlindo Dos Santos

Se ganó un lugar en la historia por haber anotado el primer gol del estadio Azteca, el 29 de mayo de 1966.

Fue un delantero rápido, habilidoso y de potente disparo.

En los primeros años de su carrera (finales de los 50 y principios de los 60) decían que era el sucesor de Didí (campeón del mundo en 1958 y 1962) con quien jugó en el Botafogo.

Luego de brillar con el equipo, la Estrella Solitaria llegó al futbol mexicano cuando el “América estaba en el suelo”, recuerda. “No vine a ser artista”, le dijo a la prensa que lo recibió pero sí fue esencial en la conquista del primer título de liga profesional de los cremas en la campaña 1965-66. “Colaboré con mi espíritu de campeón”, presume.

Aarón Padilla

Era un extremo derecho veloz y de buen toque que sobresalió con los Pumas y la selección mexicana por sus bicicletas a gran velocidad para enseguida enviar centro al área.

Hizo una estupenda sociedad en la cancha con el centrodelantero Enrique Borja: la fórmula (desborde del Gansito y remate del Narigón) funcionó en el Mundial de 1966 para hacer el gol mexicano en el 1-1 ante Francia.

Padilla jugó en la memorable noche del 31 de octubre de 1968 cuando México venció 2-1 a Brasil (con Pelé y Carlos Alberto en la cancha) en el Maracaná.

Años después, como Presidente del Consejo Técnico Deportivo de los Pumas fichó a Darío Verón y Leandro Augusto, quienes se convirtieron en símbolos del equipo universitario.

Decano Internacional

Juan Alberto Schiaffino

Con estupenda técnica, habilidad y visión de juego fue una de las figuras de la selección de Uruguay que gestó la hazaña del Maracanazo del Mundial de 1950 con el triunfo de 2-1 sobre Brasil (él anotó el 1-1) para ganar la Copa Jules Rimet.

A nivel de clubes, Pepe integró –como medio ofensivo– la Escuadrilla de la muerte del Peñarol (con el que ganó cuatro ligas) junto con Alcides Ghiggia, Juan Eduardo Hohberg, Oscar Omar Míguez, Juan Alberto Schiaffino y Ernesto Vidal. En Europa con el Milán ganó tres scudetti.

Por esos logros, la Federación Internacional de Historia y Estadística de Futbol lo etiquetó como el mejor futbolista uruguayo de la historia.

Femenil Nacional

María Eugenia Rubio

La Peque, una delantera aguerrida, fue una de las precursoras del futbol femenino en México. Integró la selección que participó en el primer Mundial de mujeres (Italia 1970) y al año siguiente, en la segunda edición celebrada en México, anotó un doblete en el triunfo de 3-1 sobre Argentina en fase de grupos y fue subcampeona tras caer 3-0 en la final ante Dinamarca (ambos torneos no fueron avalados por la FIFA).

Femenil Internacional

Silvia Neid

en la cancha fue una mediocampista con dinámica y buenos trazos largos. Se volvió leyenda del TSV Siegen, equipo con el que ganó seis Bundesligas y cinco Copas; con la selección alemana logró la Eurocopa en 1989, 1991 y 1995.

Como entrenadora guió a la Mannschaft femenil a ganar el Mundial de 2007, además de las Euros de 2009 y 2013. Su momento cumbre ocurrió en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016 al conseguir el oro. “ He tenido una carrera maravillosa”.