El ecuatoriano tuvo un paso gris por el futbol mexicano
Han pasado cinco años desde aquella tarde, cuando Narciso Mina se hizo de un nombre en el futbol mexicano pero no como él hubiera querido; el delantero ecuatoriano fue el antagonista de una historia que parecía ser de ensueño para unas Águilas que buscaban el Bicampeonato.
Mina, falló claras opciones de gol, ganándose el odio de la afición azulcrema que pidió su salida y así sucedió al termino del torneo.
Unos años después, el jugador señaló que América había acabado con su carrera declarando que durante aquella final ante León, había jugado infiltrado, una decisión del médico del equipo.
“Le diría ‘Sabes qué médico, me cortaste un poco la carrera’, él sabía que tenía que operarme, me infiltraba (…) Creo que sí afectó mucho y como te dije traía un resentimiento ante el médico o hacía mí por no decirlo. Yo callé, Miguel (Herrera) no lo sabe, los compañeros no lo saben, la directiva tampoco”, señaló Mina al programa Fútbol sin Cassette.
Después de su paso con el conjunto americanista, la carrera del ecuatoriano se fue para abajo llegando al Atlante donde perdió la categoría, firmando su última etapa en el balompié azteca.
El atacante regresó a su país, jugando para Liga Deportiva Universitaria de Quito, Mushuc Runa, Clan Juvenil y Santa Rita, con este último decidió colgar los botines luego de quince años jugando.
Tras su retiro, Narciso Mina siguió preparándose para ser entrenador en la escuela de Luis Zubeldía, no obstante, entre sus planes esta emprender algunos negocios.