La originaria de Martinica tuvo que cruzar el océano para cumplir su sueño de convertirse en futbolista profesional y convertirse en una estrella mundial
La llamaron la Virgil Van Djik del futbol femenino, pero el sobrenombre sale sobrando. Wéndèleine Thérèse Renard, mejor conocida como Wendie Renard, es una institución en sí misma, una leyenda, con una trayectoria, historia y palmarés, que cualquier futbolista, hombre o mujer, envidiaría.
La defensa francesa es una de las estrellas internacionales del futbol femenino y se ha convertido en un ejemplo a seguir. Sin embargo, el camino no fue sencillo, y Renard tuvo que dejar a su familia y cruzar todo un océano para cumplir su sueño de ser futbolista profesional y representar a la Selección de Francia.
Originaria de Martinica, a los 9 años perdió a su padre que falleció por cáncer de pulmón y quedó solo al cuidado de su madre y sus tres hermanas mayores. Sin embargo, entre las 5 se mantuvieron fuertes y aunque no era común que las mujeres jugaran futbol en la isla, Renard siempre contó con el apoyo de su círculo cercano para practicar el deporte que ama.
Su tía era árbitra y con su madre veía los partidos. De hecho fue a ella quien le hizo la promesa de que algún día la vería vestir el jersey de la Selección de Francia, como lo hizo Marinette Pichon, la primera francesa en jugar en la primera liga profesional de fútbol femenino estadounidense, la Women’s United Soccer Association (WUSA).
Pero para cumplir su promesa, el camino no fue sencillo. A los 15 años viajó a Clairefontaine para realizar unas pruebas y no quedó, un golpe que pudo forzarla a abandonar su sueño. Sin embargo, el Olympique de Lyon la buscó para otras pruebas y el resto es historia. Renard dejó su hogar de manera definitiva a los 16 años para convertirse en una de las mejores del mundo.
De no tener un salario fijo y recibir solo bonos por partidos ganados a ser una de las 10 jugadoras mejor pagadas en todo el mundo. De ver 50 aficionados o menos en las butacas a jugar una final de Champions League frente alrededor de 20 mil personas.
Si alguien sabe lo que ha costado el desarrollo del futbol femenil es Wendie Renard, cuyo propio crecimiento personal ha sido tan difícil como el de la disciplina. Actualmente, recibe un salario 394 5oo mil dólares, es la capitana de la Selección de Francia y en 2020 la eligieron como la mejor defensa de la UEFA.
Desde su llegada al Olympique de Lyon, ha jugado más de 350 partidos, marcado más de 100 goles y ganado 14 títulos de liga y 7 de Champions League. Junto con sus compatriotas la portera Sarah Bouhaddi y la delantera Eugénie Le Sommer, es la única jugadora que ha estado en todos los títulos europeos del Lyon.
Y en lo que se refiere a la selección de Francia, al año siguiente de su salida de Martinica se unió a las filas de la Sub-19 y desde 2011 está constantemente en las convocatorias, con 124 apariciones y 28 goles como seleccionada, hasta febrero de este año. Sin duda, una verdadera figura mundial