El mexicano ingresó en la segunda mitad
El Valladolid se llevó los tres puntos en juego en su duelo con el Villarreal (0-1) y se benefició de la fragilidad de la que ha hecho gala desde que empezó la temporada el equipo castellonense en el campo de La Cerámica, donde aún no conoce la victoria.
El partido se movió sin mucha intensidad en sus primeros minutos por parte de ambos equipos aunque era el Villarreal el que trataba de controlar el juego con posesiones largas del balón para obligar al Valladolid a abrirse pero sin mordiente atacante por parte del equipo de Javi Calleja.
Así, Gerard Moreno, el jugador más activo en el frente del ataque del equipo castellonense, estrelló el balón en el palo en el 36, y el propio jugador catalán vio como Masip evitaba el tanto local después de que el atacante driblase a su marcador y disparase raso al segundo palo.
A pesar de que fue de nuevo el Villarreal el que comenzó mandando en el segundo tiempo con el balón fue el Valladolid el que acertó en la portería rival, concretamente el jugador cedido por el club villarrealense, el argentino Leo Suárez, que controló con el pecho dentro del área y con una volea cruzó al segundo palo batió a Asenjo.
Tras unos minutos desconcertados por el gol los castellonense empezaron a hacerse con el control total del partido ante un Valladolid que tras el gol dio un paso atrás para asegurar las inmediaciones de Masip.
A pesar de que el partido desembocó en un monólogo del Villarreal el equipo de Calleja hizo patente sus problemas en la definición que ha sufrido desde que empezó la temporada e incluso desperdició un penalti a siete minutos del final, después de que Masip le detuviese el lanzamiento a Gerard Moreno.
Tras el jarro de agua fría que supuso el penalti desaprovechado, el Villarreal siguió con su acoso a la meta vallisoletana pero sin conseguir derribar la resistencia castellana en la recta final de un partido que confirmó la debilidad de los castellonenses en su feudo.