La gran decepción de Chivas que fue el mejor negocio de América
Dentro de las historias del Clásico Nacional está la de un futbolista que fue la gran decepción de Chivas que fue el mejor negocio de América
Sin duda alguna dentro de las grandes historias del Clásico Nacional están la de un futbolista que resultó la gran decepción de Chivas que fue el mejor negocio de América; Oribe Peralta. Un futbolista que no terminó por ser lo que el Rebaño esperaba.
En la historia del Clásico Nacional, pocos traspasos han generado tanta polémica como el de Oribe Peralta. El “Hermoso” no solo cruzó la frontera deportiva entre América y Chivas, sino que lo hizo con dos realidades tan distintas que su historia se convirtió en un recordatorio de que en el futbol, un gran pasado no garantiza un buen futuro.
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El goleador de las Águilas y la ‘estafa’ a Chivas
Para la afición del América, Oribe Peralta fue un acierto. Llegó con un gran cartel, se adaptó de inmediato y se convirtió en una pieza clave en el ataque. Su entrega, sus goles y su liderazgo fueron el motor de un equipo que vivió una época dorada.
Sin embargo, para Chivas, su llegada fue un espejismo. El Rebaño Sagrado se hizo cargo de un altísimo salario por un delantero que fue figura en las Águilas, pero a cambio recibió la versión más apagada de un jugador que ya no tenía la misma chispa. La afición rojiblanca vio cómo el “Hermoso” se convertía en una carga millonaria que no le dio lo que se esperaba.
Los números que no mienten
El contraste de sus realidades queda claro en las estadísticas. Mientras que en América fue un goleador letal, en el Rebaño Sagrado fue una sombra de lo que fue.
- En América disputó 210 partidos y anotó 74 goles.
- En Chivas solo jugó 40 partidos y apenas marcó 2 goles.
A esto se suma su salario de 2.5 millones de dólares al año con el Guadalajara, lo que convirtió su fichaje en uno de los peores negocios del equipo.
Un legado que divide al Clásico Nacional
La historia de Oribe Peralta es una lección para ambos equipos. Para el América, él es el símbolo de una inversión exitosa y rentable, incluso al dejar ir a su figura. Para Chivas, es la prueba de que el dinero no siempre compra el éxito, y un recordatorio de que a veces, lo mejor es dejar ir a una figura antes de que se convierta en un fantasma.
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