Javier Aguirre sale con grave herida en la cabeza tras derrota ante Honduras, ¿qué ocurrió?
El estratega mexicano salió mal herido tras la derrota del Tri
La derrota ante Honduras dejó amarga sensación para la Selección Mexicana y su entrenador, Javier Aguirre, quien terminó con una herida física en la ida de los cuartos de final de la Nations League 2024. El descalabro de 2-0 en el campo no fue el único golpe que sufrió el técnico mexicano, quien al final del encuentro vivió una situación que trascendió más allá del resultado deportivo.
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Un ambiente hostil en Honduras
El partido entre Honduras y México, disputado en el Estadio General Francisco Morazán en Tegucigalpa, estuvo marcado por la tensión y la agresividad de la afición local. El ambiente en el estadio, se tornó aún más caliente conforme avanzaba el partido, que terminó con un 2-0 favorable para los catrachos.
México, bajo el mando de Javier Aguirre, intentó controlar el juego y dominar la posesión del balón, pero careció de profundidad y contundencia en el ataque. El primer gol llegó tras un error de César Montes, que originó un rebote de Memo Ochoa, quien no pudo evitar que Luis Palma abriera el marcador al minuto 63. El segundo tanto también fue obra de Palma, quien sentenció la victoria a los 82 minutos.
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¿Por qué Javier Aguirre terminó con una grave herida?
Lo que parecía ser una jornada compleja para el “Tri” en el campo de juego se convirtió en un momento aún más desgarrador cuando, al finalizar el encuentro, Javier Aguirre se dirigía hacia el centro del campo para saludar a Reinaldo Rueda. En ese momento, un lata de cerveza fue lanzada desde la tribuna de la afición hondureña y golpeó directamente la cabeza del técnico mexicano.
El impacto causó una herida que comenzó a sangrar profusamente, dejando al “Vasco” con una grave lesión en la cabeza. El gesto agresivo de un sector de la afición hondureña desbordó la incomodidad de la derrota para Aguirre y su equipo, y rápidamente se convirtió en una escena de caos.
A pesar de la herida y el dolor evidente, el entrenador mexicano continuó caminando, visiblemente afectado pero con la determinación de mantenerse de pie ante el incidente. El rostro de Aguirre, empapado en sangre, reflejaba la gravedad de la situación, mientras los miembros de su equipo y personal médico intentaban brindarle atención lo más rápido posible.
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