Los millones que Villarreal no quiso pagar por Antonio de Nigris
Fue en el invierno de 2003, que el fallecido delantero mexicano, Antonio de Nigris, tuvo la oportunidad de emigrar al Villarreal de España por seis meses.
Fue en el invierno de 2003, que el fallecido delantero mexicano, Antonio de Nigris, tuvo la oportunidad de emigrar del futbol azteca al Viejo Continente, fue el Villarreal de España quien solicitó al atacante pero que no terminó por pagar por su carta, en algo que resultó triste para el propio futbolista.
Entre 2000 y 2001 De Nigris tuvo su explosión como delantero, lo que le llevó a ponerse en la mira de las Águilas del América, quien se hizo con el jugador a modo de préstamo, pero apenas disputó tres partidos como azulcrema, cuando el dueño de su carta, Rayados de Monterrey decidió llevarlo al Villarreal de España, en un préstamo apenas por seis meses.
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De Nigris fue cedido a préstamo hasta el 23 de junio de aquel 2003, fecha en la que el club ibérico debía decidir si ejercía o no la opción de compra por un 50 por ciento de la carta del futbolista, cuyo valor total era de aproximadamente 3 millones de dólares, es decir, el Submarino Amarillo debía abonar 1.5 millones de dólares por la mitad de su pase.
El dinero por el préstamo, que ascendía a 200 mil dólares fueron a las arcas del América, donde el entonces presidente de los azulcremas, Javier Pérez Teuffer reconoció que el América no tenía opción de compra con De Nigris.
Mientras que expresó que luego de la experiencia con Valladolid, cuando cedieron a Cuauhtémoc Blanco, advirtió que no convenía hacer negocios con equipos pequeños de España. “Precisamente sobre eso pusimos en alerta a la gente del Monterrey.”
Aunque Monterrey saboreaba los cinco años de contrato tentativos que pensaba Villarreal ofrecer para completar la mitad del paso del jugador, los dos goles en quince juegos no fueron suficientes para convencer a la directiva de hacer la transferencia y esto sacó a ‘Toño’ del club apenas seis meses después para jugar en el Club Polideportivo Ejido y posteriormente, convertirse en un auténtico trotamundos.
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